REGLAS GENERALES:
1. UN OBJETIVO: Con demasiada frecuencia, la gente que se
ha escondido en viviendas fortificadas se sienten tentados por las
distracciones de su libertad inicial. La mayoría de esas personas nunca
alcanzan la seguridad. No pases a formar parte innecesaria de esas
estadísticas. Tu misión es escapar, nada más ni nada menos. No mires los
objetos de valor que abandonas. No caces al zombi de turno. No investigues
ningún ruido extraño o luces en la distancia. Sólo vete. Cada desvío, cada
pausa en la jornada, aumenta las posibilidades de ser encontrado y devorado. Si
por alguna casualidad te cruzas con humanos que necesiten ayuda, párate a
ayudarlos. (En ciertas ocasiones, la lógica debe dar paso a la humanidad.) De
otro modo, ¡no te pares!
2. ELIGE UN DESTINO: ¿Hacia dónde te
diriges exactamente? A menudo, las personas abandonan sus fortificaciones
para deambular sin rumbo fijo y desesperanzados por una zona abarrotada de
gules. Sin un destino fijado en mente, las probabilidades de sobrevivir al
viaje son muy pocas. Usa la radio para descubrir el refugio más cercano. Si es posible,
intenta comunicarte con el mundo exterior para confirmar que el destino es
seguro. Ten siempre un destino alternativo en caso de que invadan el primero. A
menos que otros humanos estén esperando, y a no ser que se mantenga una comunicación
constante, puedes encontrarte con una reunión de zombis hambrientos esperándote
en la línea de llegada.
3. REÚNE
INFORMACIÓN Y PLANEA TU VIAJE:
¿Cuántos zombis,
aproximadamente, hay entre tú y tu destino? ¿Dónde están las fronteras
naturales? ¿Ha habido accidentes peligrosos como incendios o vertidos químicos?
¿Cuáles son los caminos más seguros a escoger? ¿Cuáles son los más
peligrosos? ¿Cuáles se han bloqueado desde que comenzó el brote? ¿Supondrá la
meteorología un problema? ¿Hay recursos a lo largo del camino? ¿Estás seguro de
que aún están allí? ¿Puedes pensar en alguna información que te gustaría tener
antes de emprender el viaje? Obviamente, uno vez que te has escondido en tu
fortaleza, reunir información puede ser difícil. Puede resultar imposible saber
cuántos zombis hay fuera, si un puente se ha derribado o si todas las
embarcaciones del puerto deportivo se han marchado. Asi que conoce tu terreno.
Esto, al menos, no cambiará con un brote. Considera dónde estarás cuando acabe
el día. Asegúrate, al menos en el mapa, de que es relativamente defendible, con
buenos escondites y varias rutas de escape. También has de considerar un
equipamiento específico, dependiendo del camino que elijas. ¿Será necesaria una
cuerda para escalar? ¿Qué hay de agua extra en caso de no existir una fuente
natural?
Una vez
calculados todos estos factores, considera la variantes desconocidas y formula
planes alternativos en torno a ellas. ¿Qué harás si un incendio o un vertido
químico te bloquean el paso? ¿A dónde irás si la amenaza zombi se vuelve mayor
de lo previsto? ¿Y si hieren a un miembro de tu grupo? Considera todas las
posibilidades y haz lo máximo para planearlas. Si alguien te dice: «Eh, vamonos
y ya nos las arreglaremos con lo que nos encontremos», ponle una pistola con una
bala en la mano y dile que esa sería una forma más fácil de suicidarse.
4. PONTE EN FORMA: Si las instrucciones anteriores se han
seguido al pie de la letra, tu cuerpo debería estar preparado para un largo
viaje. Si no es ese el caso, comienza un régimen cardiovascular estricto. Si no
hay tiempo, asegúrate de que el camino que has elegido está dentro de tus
posibilidades físicas.
5. EVITA GRUPOS NUMEROSOS: Cuando te defiendes, la ventaja radica en
el número. Cuando viajas por territorio zombi, lo contrario es lo válido. Los
grupos numerosos aumentan las posibilidades de ser detectados. Incluso con una
disciplina estricta, los accidentes ocurren. Los grupos numerosos también
retrasan la movilidad, porque los miembros más lentos tienen que luchar para
alcanzar el paso de los más rápidos, y viceversa. Por supuesto, viajar solo
también conlleva problemas. La seguridad, la vigilancia y, naturalmente,
dormir se vuelven más complicados si alguien intenta hacerlo solo. Para la ejecución ideal, haz que tu equipo sea de tres personas. De
cuatro a diez aún puede ser aceptable. Cualquier cosa por encima de eso es
buscar problemas. Tres miembros permiten una protección mutua en el combate
cuerpo a cuerpo, la dispersión en las guardias durante la noche y la habilidad
para que dos miembros carguen durante periodos cortos de tiempo con un tercero
que ha sido herido.
6. ENTRENA A TU
GRUPO: Apunta
las habilidades de los miembros de tu equipo y úsalas como corresponde. ¿Quién
puede cargar con más cosas? ¿Quién es el que corre más rápido? ¿Quién es el más
silencioso en el combate cuerpo a cuerpo? Elige trabajos individuales tanto
para el combate como para la supervivencia diarios. Cuando tu equipo comienza
la marcha, cada uno debería saber qué se espera de él o ella. El trabajo
conjunto también debería ser una prioridad. Practica técnicas de supervivencia
simuladas así como también instrucciones de combate. Por ejemplo, calcula
cuánto tiempo tardaríais en empaquetar todo vuestro equipo y salir durante un
ataque de zombis repentino. Obviamente, el tiempo puede ser crítico en tu
salida. En una situación ideal, tu grupo debería desplazarse como si fuera un
individuo, actuar como si fuera un individuo y matar como si fuera un
individuo.
7. PERMANECE EN
MOVIMIENTO: Una
vez descubierto, los zombis se dirigirán hacia ti desde todas direcciones. La
movilidad, y no la capacidad de disparo, es üi mejor defensa. Prepárate para
correr en cuanto los percibas. Nunca empaquetes más cosas de las que puedas
llevar mientras corres. Nunca desempaquetes todo tu equipo de una vez. ¡Nunca
te quites los zapatos a menos que la seguridad inmediata sea un hecho!
Encuentra tu propio ritmo. Realiza carreras a gran velocidad sólo cuando sea
necesario, ya que desperdician grandes cantidades de preciosa energía. Realiza
pausas frecuentes y cortas. No te permitas estar demasiado cómodo. Recuerda
estirar en cada pausa. Nunca corras riesgos innecesarios. Saltar, escalar y
cualquier actividad que pueda causarte lesiones debería evitarse en 1 posible. En un territorio infestado de gules, lo último que necesitas
es torcerte el tobillo.
8.PERMANECE INVISIBLE: Aparte de la velocidad, tu siguiente
aliado más próximo será el sigilo. Al igual que un ratón intentando arrastrarse
a través de un nido de serpientes, debes hacer todo lo posible por evitar la
detección. Apaga cualquier radio portátil o equipo electrónico. Si llevas un
reloj digital, asegúrate de que la alarma está desactivada. Ata bien tu equipo,
asegurándote de que no hay nada que haga ruido mientras caminas. Si es posible,
ten siempre la cantimplora llena (para así evitar el ruido del chapoteo cuando
te desplaces). Si vas en grupo, evita hablar. Susurra o usa señales visuales
para comunicarte. Permanece en áreas con buenos escondites. Viaja en campo
abierto sólo cuando sea necesario. Por la noche, evita encender fuegos,
linternas o cualquier otra fuente de luz. Esto restringirá tu movilidad a las
horas del día y tu dieta a raciones frías, pero estos sacrificios deben
hacerse.
Los estudios han demostrado que los zombis con ojos intactos pueden divisar la brasa de un cigarrillo encendido a más de medio kilómetro de distancia. (Lo que no se sabe es si esto les hace investigar, pero ¿para qué arriesgarse?)
Los estudios han demostrado que los zombis con ojos intactos pueden divisar la brasa de un cigarrillo encendido a más de medio kilómetro de distancia. (Lo que no se sabe es si esto les hace investigar, pero ¿para qué arriesgarse?)
Pelea sólo cuando
tengas que hacerlo. Retrasarse a causa de la batalla servirá únicamente para
atraer a más zombis. Se sabe de personas que mataron a un zombi sólo para
acabar encontrándose rodeadas por docenas más. Si el combate resulta
inevitable, usa armas de fuego sólo en las circunstancias más desesperadas.
Disparar no es diferente a lanzar una bengala. Al encenderla atraerás a los
zombis que haya a kilómetros a la redonda. A menos que tengas vías de escape
fiables y muy rápidas, o a menos que tu arma de fuego esté silenciada, usa un
arma de mano secundaria. Si no es el caso, planea una vía de escape que puedas
tomar en cuanto hayas abierto fuego.
9. MIRA Y ESCUCHA: Aparte de permanecer escondido, debes intentar avistar amenazas
potenciales. Vigila cada movimiento. No ignores las sombras o las figuras
humanoides en la distancia. Durante los descansos y mientras estés en marcha,
párate a escuchar a tu alrededor. ¿Oyes pasos o chirridos? ¿Están los zombis
gimiendo, o es sólo el viento? Por supuesto, es fácil volverse paranoico y
creer que hay zombis al cruzar cada esquina. ¿Es eso malo? En este caso, no.
Una cosa es creer que todo el mundo te persigue y otra muy diferente cuando te
persiguen de verdad.
10. ¡DUERME!: Tú o tu grupo estáis solos, intentando
permanecer en silencio, intentando estar alerta. Los zombis podrían estar en
cualquier parte, escondidos, cazando. Podrían aparecer docenas en cualquier
momento y la ayuda se encuentra a muchos kilómetros. ¿Cómo demonios se supone
que vas a dormir? Parece de locos, imposible, pero es vital si quieres resistir
con vida este calvario. Si no descansas, los músculos se deterioran, los
sentidos se debilitan y cada hora que pasa reduce tus habilidades para actuar.
Muchos humanos inconscientes creyeron que su cuerpo podría aguantar el duro
viaje a base de cafeína y muchas ganas, y se dieron cuenta demasiado tarde de
las consecuencias de su estupidez. Una ventaja de viajar durante el día es
que, te guste o no, no vas a dirigirte a ninguna parte durante al menos unas
horas. En lugar de maldecir la oscuridad, úsala. Viajar en pequeños grupos, al
contrario de si vas solo, permite dormir más seguro porque los diferentes
miembros del grupo pueden hacer turnos para vigilar. Por supuesto, no resulta
fácil dormirse ni cuando hay alguien que vigila mientras tú no lo haces.
Resiste la tentación de usar somníferos. Sus efectos podrían inhabilitarte
para reaccionar si los zombis atacan durante la noche. Aparte de la meditación
y otros ejercicios mentales, no hay una solución rápida para dormirse en mitad
de una infestación.
11. ABSTENTE DE
REALIZAR SEÑALES EXPLÍCITAS: La primera visión de un avión podría
causar que
intentases atraer la
atención del piloto disparando tu arma, encendiendo una bengala o una hoguera,
o por algún otro medio dramático. Esto podría atraer la atención del piloto,
que podría contactar por radio con un helicóptero o con un equipo de salvamento
de a pie para que se dirigiera a tu posición. Aunque esta acción también podría
atraer a los zombis que se encontraran cerca. A menos que el helicóptero se
encuentre a unos minutos de distancia, los zombis le alcanzarían primero, sin
lugar a dudas. A no ser que el aparato de vuelo que veas tenga la capacidad
para aterrizar en ese mismo momento donde te encuentras, no intentes mandarles
señales si no es con una radio o con un espejo. Si estos no están disponibles,
sigue avanzando.
12. EVITA
LAS ZONAS URBANAS: No importa cuáles sean tus posibilidades
de sobrevivir durante una infestación; sin lugar a dudas, disminuirán en un 50
o un 75 % cuando atravieses una zona urbana. El hecho simple es que en un
lugar donde vivan más personas habrá más muertos. Cuantos más edificios haya,
podrán acechar más lugares. Estos edificios, además, dificultan el campo de
visión. Las superficies de duro hormigón, a diferencia del suelo blando, no
permiten amortiguar las pisadas. Añádele las posibilidades de tirar algo, de
tropezar con los restos o de pisar un cristal roto y tienes la receta de un
viaje muy ruidoso.
Además, como ya
se ha puesto de relieve y volverá a ponerse en este capítulo, la posibilidad de
que te atrapen, te arrinconen o seas rodeado de otro modo en una zona urbana es
infinitamente mayor de lo que puede serlo en una zona salvaje. Olvida por un
momento que tu problema quizá sean los muertos vivientes. ¿Qué hay del fuego
amigo, con otros humanos escondidos en los edificios o con las bandas armadas
de cazadores que te confunden con un zombi? ¿Qué hay del fuego que los
cazadores empiezan de modo accidental o intencionado? ¿Qué hay de los vertidos
químicos, el humo tóxico u otras consecuencias peligrosas de las guerras
callejeras? ¿Qué hay de la enfermedad? Recuerda que los cuerpos tanto de los
humanos muertos como de los zombis despachados podrían llevar abandonados
semanas, Los microorganismos mortales que portan y que se propagan por el
viento pueden ser un peligro para la salud tan potente como cualquier otro que
se encuentre por las calles. A menos que tengas alguna razón legítima (un
intento de rescate u obstáculos insuperables en el otro lado, no una oportunidad
inmediata para saquear) mantente lejos de las ciudades a toda costa.
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